lunes, 22 de marzo de 2010

Soluciones

Mateo Pérez Martínez

Tras atravesar un diciembre nebuloso, vino un enero muy gélido con copiosas nevadas en el norte, no vividas hace décadas según afirmaban los meteorólogos. También se jugó el europeo de Futbol Sala disputado en Hungría. Por aquel entonces ojeaba diariamente los periódicos deportivos con el mínimo interés de seguir la evolución de la selección española. Pero un día lo cambio todo. Hubo un día que me demostró la utilidad de la UEFA. Y me remito al encuentro entre Rusia y España. Todo trascurrió con normalidad hasta los penaltis. Javi Rodríguez, capitán de la selección española, era el encargado de transformar el penalti que daba a España el paso a las semifinales en caso de anotarlo. La pelota golpeó en el hierro interior que tienen las porterías para mantenerse en pie. Por tanto rebasó claramente la línea y fue gol. Tras una celebración momentánea de los jugadores…los árbitros anularon el gol, decantándose ambos en que la pelota no había entrado. Para más inri, en pocos segundos la UEFA y el propio videomarcador ofrecieron la repetición donde claramente se visionaba el inoportuno gol. Ante el espasmo de los delegados de la UEFA allí presentes, los colegiados mantuvieron su decisión inicial y el gol seguía siendo inválido. La institución deportiva debe dar un golpe en la mesa y tomar decisiones extradeportivas con el objetivo de que la veracidad y los avances tecnológicos estén presentes en el fútbol.

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