domingo, 25 de abril de 2010

¿Problemas para aparcar?


Leticia Álvarez-Sala Villazón

Tengo entendido que el barrio de El Llano, en Gijón, es uno de los más habitados de la ciudad y que los problemas para aparcar son bien conocidos por los vecinos. Bien, pues me gustaría comentar el buen uso del espacio por parte del Ayuntamiento de Gijón, que una vez más se propone hacernos creer que mejora nuestra calidad de vida, cuando está realizando una obra que beneficia a los mismos de siempre.
Me explico, con motivo de las quejas por falta de aparcamiento en el barrio, se ha iniciado una obra para crear un nuevo aparcamiento subterráneo que constará de un mínimo de 200 plazas de aparcamiento (adjudicadas por sorteo) y supuestamente algunas se destinarán a párking de pago. Hasta ahora vemos que habrá más plazas, pero habrá que pagarlas. De todas formas, el problema ya no es que sueltes tantos miles de euros por la plaza y que dentro de unos 50 años ya no sea de nadie más que del ayuntamiento, de nuevo, sino que el famoso parking lo están construyendo justo debajo de un aparcamiento gratuito situado junto a las piscinas municipales del Llano. De momento el aparcamiento ha desaparecido y las personas que van a las piscinas (y el resto que hacía uso de ese espacio) ya no tienen donde aparcar, pero lo más gracioso de todo es que, cuando se termine la obra, sobre el párking no volverán a poner ese fantástico aparcamiento gratuito, sino que pondrán una plaza con banquitos y demás(Plaza del Tres de Abril), creada como puerta de entrada al Parque de los Pericones. Me pregunto si realmente es necesario crear eso ahí, la puerta del parque más grande de Gijón... No quiero que parezca que estoy en contra de los espacios verdes, plazas o zonas de paseo, al contrario, pero si el problema aquí es la falta de aparcamiento, ¿por qué lo quitan? Supongo que a los que acudan a las piscinas, a las sidrerías, al parque o a los vecinos que dejaban allí el coche tan felices, ahora les toca comprarse una plaza de aparcamiento, aparcar ocho calles más lejos y cansarse del paseo antes de llegar a esa plaza tan estupenda que nos van a poner, o calcular si las horas que van a necesitar aparcar el coche mientras sus hijos van a natación les dejan dinero suficiente para pagar las clases.

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