domingo, 11 de julio de 2010

La final

Mª Jesús Serrano

Hoy me quejo o me alegro de que sea el último episodio del Mundial de fútbol de Sudáfrica, ese deporte que ni me gusta ni entiendo, de momento.
Y es que no me quejo de que existan competiciones de este tipo, o de la prosperidad y cierto grado de desarrollo y publicitación planetaria que puedan originar a las zonas donde se celebran este tipo de eventos, como es el caso de Johanesburgo y el país sadafricano, que ha invertido una milloneda en crear las instalaciones pertienentes para acoger el Mundial, y Shakira por medio con su Waka Waka y su aspecto tribal, que no ha sido de lo más acertado. Sino de todo ese subsistema paralelo que se crea alrededor del Mundial que inunda las portadas, tertulias, informativos, conversaciones con los amigos, quedadas y toda una expresión popular compuesta de banderas, trompetas, pitidos, silvidos, cánticos, atuendos y merchandising.
Consignas como ¡alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos, y el resultado nos da igual!, inundan en estos días las ciudades, todo un conglomerado de contamición acústica y visual.
Sea cual sea el resultado del partido de hoy, la fiesta ya está consagrada. Aver quién duerme esta noche...


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